Libro: Salmos
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El cuarto libro va desde el salmo 90 al 106 y finaliza con otra expresión de bendición o alabanza en que hace nuevamente referencia al tiempo. Así como la primera doxología indicaba que Dios es bendito «por los siglos de los siglos» y la segunda decía que lo es «para siempre», esta cuarta doxología establece que el «Dios de Israel» es bendito «de eternidad en eternidad». Pero en esta ocasión el «Amén y Amén» es remplazado por un nuevo elemento de alabanza: «Aleluya».
48 Bendito sea Jehová, Dios de Israel, de eternidad en eternidad; y diga todo el pueblo: Amén. ¡Aleluya! (Antiguo Testamento, Salmos 106:48 • AT, p. 997)
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