Antiguo Testamento

La diferencia entre la maldición y la marca de Caín

No es lo mismo una maldición que una marca. Lalo Badillo nos ayuda a distinguir la diferencia, a través de una brillante comparación de la marca de Caín con la de los lamanitas.

La importancia de conocer sobre Caín

Caín es uno de esos personajes que normalmente causan un interés entre varios miembros de la Iglesia por el misticismo que lo envuelve y el hecho de que no tenemos información completa de diferentes puntos que mencionan las escrituras y que lo hacen aun más enigmático, lo que ha llevado a muchos a especular en cuanto a su naturaleza y destino.

Una pregunta común que es recurrente es la referente a la maldición y/o la marca de Caín. Aunque a simple vista puede verse como un tema que cabría dentro del cajón de “Interesante” realmente el tema tiene suficiente valor doctrinal como para colocarlo en otro lugar: este tema nos abre el conocimiento a otros puntos importantes de doctrina como el libre albedrio, los atributos de Dios, y el amor que tiene Nuestro Padre Celestial por sus hijos.

Maldición y marca de Caín: dos cosas distintas

Antes de presentar el caso de lo que hemos llegado a saber sobre la marca de Caín (lo cual no es mucho) es importante aclarar la diferencia entre lo que es una “marca” y una “maldición”, ya que es común confundirlas, como también se les confunde en el caso similar que existe en el Libro de Mormón, cuando aprendemos acerca de los lamanitas y nefitas.

Qué es una maldición

Así como Dios nos bendice cuando seguimos su voluntad también podemos ser maldecidos por causa de nuestra desobediencia. En resumen, una maldición es la pérdida de privilegios o bendiciones debido a nuestra falta de obediencia a los mandatos del Señor. Debido a la severidad que involucra una maldición, el Señor nos amonesta en repetidas ocasiones para evitar ser maldecidos y poder vivir plenamente y gozosos. En ocasiones esta maldición puede ser removida si nos arrepentimos, pero en ciertos casos no.

En qué consistió la caída de Caín

Tanto en el caso de Caín como en el de los lamanitas sufrieron una maldición la cual podemos definir como un alejamiento del Señor: ellos perdieron el privilegio de poder estar en contacto con Él, lo cual es algo terrible. Caín, antes de ser desterrado, tenía comunicación constante con su Hacedor, como lo vemos en el relato de Génesis y de Moisés. Cuando Caín hace una ofrenda diferente a la que Dios pedía Este se molesta. En ese momento Dios le advierte que debe de arrepentirse ya que

Es claro entonces que Caín tuvo oportunidad de poder volverse de su camino y seguir siendo llamado un hijo de Dios, de poder seguir utilizando su sacerdocio y tener revelaciones de Dios, mas él no lo quiso así pues

Caín no tenia excusa para no obedecer: su padre y hermanos eran hombres de santidad, él tenía comunicación directa con el Señor, fue reprendido por el mismo para que no fuera castigado. Pero al final se decidió por Satanás trayendo sobre si consecuencias devastadoras.

Similitud en la caída de Lamán

En el caso de Lamán, él gozaba de una situación similar pues tanto su padre como su hermano eran profetas de su Dios, había visto ángeles, muchos milagros, y amonestaciones para evitar su caída. Sin embargo al igual que Caín se alejó del Señor rebelándose contra quien el Señor había escogido para ser su líder y profeta. Se rebeló contra ese Dios que lo libró del cautiverio que le sobrevino a Jerusalén, contra el que lo cuidó en el desierto contra los innumerables peligros que habían ahí, y contra el que le dio la oportunidad de ser una rama nueva de Israel en el Nuevo Mundo.

En qué consistió la maldición de los lamanitas

Al final el trajo sobre sí esta maldición:

Tanto Caín como los lamanitas obtuvieron el castigo que el Señor les había hecho saber que vendría si no se arrepentían, no fue un acto caprichoso de Dios ni algo injusto. Esto lo confirmamos al leer el libro de Alma:

La marca y su relación con la maldición

Ahora bien, para evitar que otros hijos suyos fueran contaminados con la filosofía de los lamanitas y de Caín el Señor los marcó para que de manera grafica y literal pudieran todos ver que Dios cumple su palabra y que la felicidad está del lado del Señor.

La maldición de los lamanitas fue el estar alejados del Señor, pero la marca fue la piel obscura.
Nótese la distinción que se hace en 2 Nefi:

La maldición à Por tanto, se cumplió la palabra que el Señor me habló, diciendo: Por cuanto ellos no quieren escuchar tus palabras, serán separados de la presencia del Señor. Y he aquí, fueron separados de su presencia. Y él había hecho caer la maldición sobre ellos, sí, una penosa maldición, a causa de su iniquidad. Porque he aquí, habían endurecido sus corazones contra él, de modo que se habían vuelto como un pedernal”…
La marca à …”por tanto, ya que eran blancos y sumamente bellos y deleitables, el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro, para que no atrajeran a los de mi pueblo.” (2 Nefi 5:20-21).

De nuevo, la marca fue una piel obscura para que quedara claro que si el pueblo de Nefi se mezclara con ellos, debido a la maldición, serian también separados de la presencia del Señor. Debido a esta separación de la presencia del Señor, los lamanitas detuvieron su progreso en todos los aspectos.

En qué consistió la maldición de Caín

El caso de Caín es similar porque también hay una maldición y una marca, aunque las repercusiones fueron aún más graves, ya que sus pecados fueron mayores. Caín no fue alguien que desobedeció los mandatos del Señor por ignorancia o falta conocimiento, el era un poseedor del sacerdocio (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 202) que caminaba con Dios y que se rebeló contra un ungido del Señor asesinándolo a sangre fría. Estas acciones traen consecuencias severas, tal como leemos en Doctrina y Convenios:


Precisamente lo descrito en Doctrina y Convenios ilustra el castigo recibido por el Señor pues cuando Caín no ofrece el sacrificio en rectitud Dios le dice claramente cuál sería su maldición que se resume en que:

  • Sería llamado Perdición (Moisés 5:24)
  • Sería conocido por todos como el padre de abominaciones (Moisés 5:25)
  • Andaría errante, “fugitivo y vagabundo” (Moisés 5:37)
  • Quedaría fuera de la faz del Señor y seria buscado para ser asesinado (Moisés 5:39)

El por qué de la marca de Caín

Tomando en cuenta toda la iniquidad que había cometido, el Señor le permite ser protegido y le concede su petición de recibir una marca para su protección, lo que nos muestra una vez más como cada hijo, aún un hijo de Perdición, no pasa desapercibido para el Señor.

La marca de Caín tenía el doble propósito de
proteger la vida de Caín y
evitar que el pueblo de Dios se corrompiera.

Hay diferentes versiones sobre qué podría ser la marca que se le da a Caín. La que podemos aceptar como correcta es que se le dio una piel obscura, como a los lamanitas. Casi al terminar el libro de Moisés leemos que la descendencia de Caín fue marcada con este color para que no se mezclaran con los hijos de Adán (Moisés 7:22).

La marca no fue una maldición

Un último caso que vale la pena comentar es que la marca no siempre ha sido una desventaja para quienes la tenían. Si bien la marca en los lamanitas fue de gran ayuda para los nefitas, para evitar contaminarse con las tradiciones de sus hermanos lamanitas; más adelante los papeles se invirtieron, pues la marca ayudó así a los lamanitas justos en el tiempo de Jacob, pues las obras de los nefitas eran aun peores que las de los lamanitas. La maldición también fue quitada una vez que cumplió su propósito, debido a la obediencia de los lamanitas, como leemos en Alma 23 y 3 Nefi 2. No sólo la maldición fue quitada sino la marca también.

Diferencia entre la maldición y la marca

En resumen:

  • La maldición viene a ser una separación de la presencia de Dios por causa de la desobediencia.
  • La marca es una ayuda para los fieles para no mezclarse con los que están fuera del convenio del Señor y generalmente ha sido con algo que era fácil de identificar en esos tiempos: con una piel obscura.

Un apunte final sobre el color de la piel

Sin embargo, la piel obscura NO es una maldición sino una marca. Aun con esta marca y maldición el Señor provee los medios para que estas puedan ser removidas y sus hijos puedan disfrutar de la gloria celestial.

El color de la piel no es ni ha sido nunca un impedimento para que alguno de su descendencia pueda gozar de la exaltación. Han existido restricciones temporales, como en el caso del sacerdocio o como cuando el evangelio no era predicado a los gentiles, pero jamás una restricción para poder disfrutar de la gloria celestial junto al Padre Celestial. El que Dios hiciera acepción de personas debido a su color va en contra de sus atributos, como podemos comprobar en el siguiente muy esclarecedor pasaje en el Libro de Mormón:

Bibliografía

No tags for this post.
Subscribe
Notify of
guest

12 Commentarios
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
Arriba
12
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x